Concepto
Stress
Loading fue creada en 1987, Kira Watson y Lois Carlson ellos describen un
programa activo para el tratamiento de la distrofia simpática refleja, que llamaron
“stress loading”, Este programa contempla dos principios: scrubbing
(restregando) y carrying (cargando). En la técnica de “scrub” el usuario parte
de la posición cuadrúpeda, utilizando un cepillo de madera liviana, que
moviliza en cuatro tiempos hacia delante y luego regresa a la posición inicial,
con apoyo completo sobre el segmento afectado. Por ejemplo para el miembro
superior, la carga total se transmite desde el hombro hasta la mano en forma
perpendicular, con el codo en extensión y aplicando tanta presión como le sea
posible. Cuando no se pueda adoptar esta posición, los autores indican el
ejercicio en bípedo apoyando el segmento sobre una mesa.
Por
lo tanto, el programa es progresivo y comienza con sesiones de tres minutos y
juicioso “scrubbing” tres veces al día. Incluye el trabajo en casa repitiendo
el ejercicio y el tiempo de duración tal como se practicó anteriormente.
Inicialmente, en ocasiones se presenta un aumento del dolor y del edema como
parte del proceso normal, que desaparecen a los pocos días del tratamiento.
Gradualmente se aumentan 30 segundos diarios en los primeros días hasta lograr
un incremento de 7 minutos hacia la segunda semana. Si hay tolerancia se
prescriben sesiones de 10 minutos dos veces por día.
La
progresión la determinará el fisioterapeuta de acuerdo con la evolución del
paciente. El “carry” o “load” es el
segundo en el programa de “stress loading”. Esta parte del tratamiento implica
la carga de objetos en el segmento afectado, con pesos que oscilan entre 1 y 5
libras, mientras el paciente permanece de pie o caminando. Sin embargo, la
progresión en carga y tiempo se hace de acuerdo con la tolerancia del usuario,
porque por experiencia de las autoras, hay compromisos sensitivos que solo
permiten la carga de peso por pocos minutos y en este caso es importante
recomendar que su transporte se realice con alta frecuencia y con el aumento en
tiempo que acepte el individuo. Aunque los autores describieron el programa
para miembro superior, este se ha adaptado para el manejo del SDRC en miembro
inferior, ya que el usuario apoya su miembro inferior sano sobre un escalón
dejando libre el afectado y éste apoya sobre el elemento de madera para
realizar el “scrubbing”, con las mismas indicaciones de tiempo y frecuencia. Se
recomienda fijar el cepillo con una cinta autoadhesiva al pie, o también a la
mano, cuando el usuario rechaza el contacto por alteraciones sensitivas o
funcionales, que le dificultan el agarre. La progresión de ésta se puede
lograr utilizando ayudas con pesos
ajustables a cada individuo.
Efectos fisiológicos
Fisiológicamente,
el método descrito puede tener explicación de su efectividad en los
propioceptores articulares como mecanoreceptores los cuales dividieron en dos
clases: de adaptación rápida (AR) y de adaptación lenta (AL). Cuando una
articulación se estimula de forma continua mediante la presión o el movimiento,
los mecanoreceptores rápidos (AR) disminuyen su señal al sistema nervioso
central (SNC) mientras que los AL mantienen al SNC “encendido”. Parece ser que
el movimiento articular se encontraría mediado inicialmente por los AR mientras
que los AL serían responsables de informar al sistema nervioso central sobre la
posición de la articulación y las sensaciones de la misma. Así mismo Wike(17)
refiere que la estimulación producida sobre los receptores articulares y musculares
produce una relajación por vía refleja, sobre la musculatura de áreas como las
extremidades inferiores y superiores.
Indicación
En la técnica de “scrub” el “scrub” usuario parte
de la posición cuadrúpeda, utilizando un cepillo de madera liviana, que
moviliza en cuatro tiempos hacia delante y luego regresa a la posición inicial,
con apoyo completo sobre el segmento afectado. Por ejemplo para el miembro
superior, la carga total se transmite desde el hombro hasta la mano en forma
perpendicular, con el codo en extensión y aplicando tanta presión como le sea
posible. Cuando no se pueda adoptar esta posición, los autores indican el
ejercicio en bípedo apoyando el segmento sobre una mesa. El programa es
progresivo y comienza con sesiones de tres minutos y juicioso “scrubbing” tres
veces al día.
Incluye el trabajo en casa repitiendo el
ejercicio y el tiempo de duración tal como se practicó anteriormente.
Inicialmente, en ocasiones se presenta un aumento del dolor y del edema como
parte del proceso normal, que desaparecen a los pocos días del tratamiento.
Gradualmente se aumentan 30 segundos diarios en los primeros días hasta lograr
un incremento de 7 minutos hacia la segunda semana. Si hay tolerancia se
prescriben sesiones de 10 minutos dos veces por día. La progresión la
determinará el fisioterapeuta de acuerdo con la evolución del paciente.
El usuario
apoya su miembro inferior sano sobre un escalón dejando libre el afectado y
éste apoya sobre el elemento de madera para realizar el “scrubbing”, con las
mismas indicaciones de tiempo y frecuencia. Se recomienda fijar el cepillo con
una cinta autoadhesiva (velcro, coban, etc.) al pie, o también a la mano,
cuando el usuario rechaza el contacto por alteraciones sensitivas o
funcionales, que le dificultan el agarre. La marcha es una estrategia de
“carry” porque de por sí, proporciona carga al segmento inferior.
Contraindicación
La desensibilización
involucra aplicación de estímulos que rutinariamente no producen dolor ni
incomodidad, aunque pueden ser no placenteros en el área hipersensible, lo cual
no es inadecuado en su rehabilitación. Los elementos que se utilizan dependen del
área comprometida y consisten en texturas, presiones, vibración, calor o frío.
La progresión se establece
gradualmente desde el estímulo que da una respuesta menor de desagrado, hasta
la que produce una respuesta de mayor incomodidad. A medida que un estímulo es
integrado sensorialmente, se incorpora el siguiente en la escala de menor a
mayor desagrado, incluyendo materiales como por ejemplo:
seda, algodón, texturas rugosas o ásperas.
La progresión puede tomar muchos días o
semanas de acuerdo con los niveles de alteración sensitiva. La
desensibilización puede minimizar la respuesta dolorosa a varios estímulos.
Sin embargo en el área
afectada la persona puede sentir desagrado ante un contacto con un estímulo
particular.
La meta es inhibir o
interrumpir la interpretación del estímulo rutinario, como doloroso. Esto no
asegura que este estímulo sea placentero o agradable, pero si, que la respuesta
dada no sea en extremo dolorosa.
El inicio de un programa
de desensibilización lo establece el terapeuta luego de la evaluación juiciosa
y de la evolución de cada usuario.
Se le debe informar acerca
de lo que puede esperar acerca del tratamiento y de la importancia de su
colaboración para la recuperación, reemplazando sus miedos y angustias por
conductas funcionales.